No sé si sea bueno lograr reprimir el dolor, desde lágrimas a palabras. Creo que lentamente lloro menos, pero el dolor ya no sé si crece o se mantiene; yo solo quiero una solución. Estoy agotada de llenarme de pregunta y raices sin respuestas. Quizás no disfruto lo que me queda por pensar tanto en lo que me falta. Cada vez me siento más decepcionada de mi, del resto, del valor que le daba a algo tan preciado que solo parece pisotearse, cada vez por una tontería más ridícula. Me siento en un curva donde me lleno de culpas que no me corresponden para encontrar una solución. Detesto fngir estar bien cuando por dentro tengo demasiadas prefuntas dolorosas, pero creo que es lo mejor que puedo hacer antes de verme débil; cuando veo que nada les importa, no fomentaré sus burlas, sus miradas por sobre el hombro como recurso de solapar sus tristezas con ese rencor extraño y decepcionante.
No quiero volver a sufrir otro abandono, no sé si lo pueda tolerar. No sé si me pueda volver abrir con esta herida abierta todos los días pulsandome dolor. Pero me dedicaré a lo mío y trataré de continuar porque debo, pero ahora tambien porque quiero.
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