Siempre he busque en medio del lago aquella flor que por diferencia me llamase la atención y cuidarla el tiempo que me le permitiese, como parte de mi misma y que reposase en mi pecho y corazón hasta la muerte de la misma o la mía propia.
Me deprimí muchas veces al no encontrar la indicada pensando que si lo fuese y aún con el miedo de que aquello vuelva a pasar te tengo entre mis torpes manos, con la esperanza de poder sostenerte, cuidarte, amarte.
Sin embargo, me parece, algo en mi corazón dice que encontré la indicada y creo en ello y lo haré siempre aunque todo lo niegue, aunque no te dé el suficiente calor, los suficientes cuidados, ni protegerte lo suficiente para crecer.
Eres mi flor perfecta, predilecta que descansa en mis manos, la única, la trascendental he ilumina mi vida y el resto del jardín. Sólo espero ser una excelente jardinera.
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