Pensar que las cosas no salen como esperas, que te sigues encegueciendo en ese sueño que no se cumplirá, que de un día para otro crees que las cosas se arreglarán pero en ese minuto notas que aquello necesita de un tiempo prologado que desconoces. Te desconcierta, te desmotiva, te entristece, te hace pensar en aquellas cosas que pasaron y que tanto extrañas. Te cuestionas como estas haciendo las cosas, buscas a un culpable sin encotrar a ninguno o simplemente diciendote que todo es tu culpa, siempre es tu culpa, porque no puedes manejar a los demás: Ni siquiera a ti misma.
Aquella yaga que tocas con morbo y te hace llorar, sufrir y que te obligas a tolerar buscando la costumbre de aquel dolor para que deje de cumplir su deber de dañarte. ¿Crees que haces lo correcto? No, pero continuas autoflagelandote, siempre lo haces.
Es un dolor indescriptible, dices. Crees que te hará feliz cuando acabe, y no soy quien para juzgar aquello, siempre he creido que despues del dolor viene la felicidad. Sin embargo, ¿esa es la forma adecuada de conseguirlo? quizás si, quizás no, pero lo seguirás intentando aunque la respuesta sea no ¿verdad?. Siempre tan llevada a tus ideas, solo me preocupo por ti, no quiero que sigas sintiendo dolor. Un dolor que es tan tuyo como mio, un dolor que no comprendo, no comparto y que no puedo detener por más que lo intente.
Nunca puedo comprenderte y eso tambien causa un nuevo dolor entre nosotros ¿Por qué tienes que ser tan inconsecuente conmigo? ¿Acaso no vez cuanto me importas? No, no lo ves porque sólo te preocupas de ti y consigues lo que buscas a través de mi, lo sé y lo veo en tus acciones, pero no puedo dejarte; porque eres mi inconciente y complemento de mi ser.
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